lunes, 24 de octubre de 2011

Juana de Ibarbourou



Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!

DELMIRA AGUSTINI






Hay belleza en el lirio inmaculado

De majestad emblema,

Hay belleza en el cáliz nacarino

De la blanca azucena,

Hay belleza en la rosa purpurina

Y en el albo reseda,

Hay belleza en la nítida corola

De la nívea camelia,

Hay belleza en el pálido junquillo

Y en la suave diamela,

Hay belleza en el triste pensamiento

Y no hay flor en la cual no haya belleza,

Pero hay una que es flor entre las flores

Con ser la más modesta,

Una flor de fragancia incomparable,

Delicada y pequeña,

Una flor que en un lecho de esmeraldas

Oculta su belleza,

Una flor que un encanto misterioso

En su cáliz encierra,

Un encanto ideal, indefinible,

Que no hay flor que contenga,

Una flor para mí como ninguna,

Una flor que se llama ¡la violeta!

Fernán Silva Valdéz




El Balero


Balero lindo el balero
que me regaló mi padre
aquel día no olvidado
que me porté en los exámenes.


Era amarillo, grandote,
de madera de naranjo;
¡con él gané más partidos...
había que verlo en mi mano!


Sonaba así, como a hueco,
blak, blok, blak, cuando embocaba;
como trote en el asfalto,
blak, blok, blak, así sonaba.


¡Qué partidos a quinientos
y muchas veces a mil,
con aquel muchacho rubio
cuyo padre era albañil!


Redoblonas en collares
toditas en una hebra,
y las últimas cincuenta
tiradas a la porteña.

Jugaba bien el muchacho,
jugaba mejor que yo;
en toda la escuela el único
muchacho que me ganó.

Eso sí, no se burlaba
de su contrario al ganar;
se quedaba satisfecho
sin echarse para atrás.

¡Qué partidos, qué partidos,
sin ventaja, mano a mano;
se formaba cada rueda...
se formaba cada barra!...

Hasta el maestro venía
a observar nuestras jugadas,
y una vez que se pelearon,
dos muchachos a trompadas,
formó la escuela en el patio,
nos llamó al rubio y a mí,
y señalando el balero
nos dijo: jueguen a mil.


Jugamos ante la escuela
que entusiasta nos siguió;
los dos echamos el resto
pero otra vez me ganó.

Me ganó por muy poquito,
es cierto, más me ganó;
no nos pusimos un pero
al jugar, ni un sí ni un no.

Entonces vino el maestro,
nos agarró de la mano
y dirigiéndose a todos
les dijo: aprendan muchachos;
de esta pareja de amigos
tienen algo que aprender:
de uno a saber ganar,
de otro a saber perder...

domingo, 23 de octubre de 2011

Idea Vilariño


YA NO

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.

Jorge Luis Borges




    El enamorado


      Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
      Lámparas y la línea de Durero,
      Las nueve cifras y el cambiante cero,
      Debo fingir que existen esas cosas.


      Debo fingir que en el pasado fueron
      Persépolis y Roma y que una arena
      Sutil midió la suerte de la almena
      Que los siglos de hierro deshicieron.


      Debo fingir las armas y la pira
      De la epopeya y los pesados mares
      Que roen de la tierra los pilares.


      Debo fingir que hay otros. Es mentira.
      Sólo tú eres. Tú, mi desventura
      Y mi ventura, inagotable y pura.

Martí



La niña de Guatemala
.
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.
.
Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.
.
...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.
.
Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.
.
...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.
.
Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!
.
...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.
.
Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.
.
Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!

martes, 18 de octubre de 2011

PABLO NERUDA



Poema 1



Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.